A los pies de un devoto franciscano acudió un penitente
- Diga hermano, ¿qué oficio tiene?
-Padre, sombrerero.
-¿Y qué estado?
-Soltero.
-¿Y cuál es su pecado dominante?
-Visitar a una moza.
-¿Con frecuencia?
-Padre mío, bastante.
-¿Cada mes?
-Mucho más.
¿Cada semana?
-Aun todavía más.
-¿La cuotidiana?
-Hago dos mil propósitos sinceros.
-Pero dígame, hermano, claramente: ¿Dos veces cada día?
-Justamente.
-¿Pues, cuándo diablos hace los sombreros?.
Felix María Samaniego.
La biografía de este escritor aparece en una de mis entradas: Los dos amigos y el oso.
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